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viernes, 20 de mayo de 2011

LA NIEBLA (1980)

Antonio Bay es un centro turístico de la costa californiana que se prepara para celebrar el centenario de la ciudad. Paralelamente y coincidiendo con dicha festividad, un barco aparece con toda la tripulación asesinada en circunstancias inexplicables, como si el mar los hubiera eliminado. Una locutora de radio local advertirá más adelante una misteriosa niebla que acarrea muertes a su paso, creando poco a poco el pánico una vez pasadas las 12 de la noche, hora en la que, según cuenta la leyenda, los muertos volverán a la vida para pedir lo que les fue robado. John Carpenter nos deja algún distintivo de genialidad (la escena inicial del marinero contando historias a los niños, cargada de magia) pero falla en crear un ambiente tenebroso y terrorífico (salvo un par de escenas llenas de suspense, el niño en su habitación esperando que entren los seres o el muerto que se levanta de la camilla silenciosamente mientras Jamie Lee Curtis no se entera) que en conjunto salva la papeleta pero nos deja a medias y con ganas de más. Los seres maléficos en cuestión son un acierto, mezcla de marineros con garfios (seguro que fue inspiración para la saga Sé lo que hicisteis el último verano, pues el asesino es muy parecido) y zombies llenos de gusanos, llamando a las puertas como si el de la guadaña te invitara a acompañarlo, escalofriantes escenas. La historia que nos cuentan es simple, esos seres en la niebla quieren recuperar algo que se les robó y que actualmente está en la iglesia, y les sirve de excusa para aniquilar a cualquiera que se ponga por delante. Fallando pues la ambientación, suministrando pequeñas dosis de terror y acompañado de actuaciones fetiche (Janet Leigh y su hija Jamie Lee Curtis) nos presentan un producto lo suficientemente atractivo para respetarlo, pero poco merecedor de calificativos mayores, pese a la pesada rúbrica de Carpenter.
La música (del propio John, como de costumbre) es horrorosa, catapultándonos fuera de la órbita argumental y obligándonos a taparnos los oídos por su horrenda composición de parvulario. El reparto hace su función, no estorbando y cumpliendo contrato, sin destacar a nadie, pero se echa de menos un protagonismo mayor, pues está repleto de secundarios sin saber quién cuenta la historia en realidad.
El efecto de la Niebla está conseguido en esencia, colándose por los hogares sin que nadie pueda frenarla, pero acusa el paso de los años y actualmente rozan la cutrez.
Como pasa a veces, el propio Carpenter hace un pequeño papel, esta vez como ayudante de la iglesia, y tenemos la oportunidad de verle esa cara tan inclasificable que tiene.
Únicamente comentar que la edición en DVD no está remasterizada, y presenta una imagen muy mejorable, que para un film con excesos de sombras, eso es imperdonable.

1 comentario:

  1. Hola

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