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viernes, 15 de abril de 2011

SANTO CONTRA LOS ZOMBIES (1962)

Un científico consigue resucitar, a modo de zombies, a una serie de fallecidos y peligrosos delincuentes, pero se las verá con el insoportable Santo que le impedirá, como no puede ser de otra manera, sus pretensiones de buen villano.
Título engendrado en base a la popularidad del inefable Santo, un verdadero mito de los años sesenta mexicano que cuenta con más de media docena de títulos parecidos, cuando no lucha contra una momia, lo hace con spider-man o contra el capitán América.(digno de enmarcar).
La película es insufrible de cabeza a los pies, odiando al protagonista más que a los villanos como si eso fuera el verdadero propósito del filme.
Aburrida, deficiente y castigada por el paso de los años, sólo sirve para darnos cuenta del cine que se hacía en México en aquella época, que siendo así, seguro que me hubiera interesado más el mundo de la botánica que el séptimo arte.
El secreto para que la película sea inaguantable no sé cuál es, porque debe ser difícil conseguir tal hazaña, supongo que se consigue yendo a mala uva y proponiéndose castigar al inocente espectador que bienintencionado, pagó su entrada dispuesto a divertirse, pero salió, con toda seguridad, con ganas de asesinar al taquillero a hachazo limpio.
La supuesta legión de zombies resacosos
No merece ni tan siquiera el esfuerzo de analizar su fotografía, ni sus nobles intenciones (el mensajito del bien, el mal, incluyendo una moraleja final a lo He-Man de verdadera desfachatez), ni tan siquiera el reparto, que están todos para darles de comer aparte.Por no mencionar a los zombies, parte atractiva del título, que resultan ser una mezcolanza de ancianos y neandertales sin espíritu zombi, solo parece que estén con resaca ( una tomadura de pelo).
Haciendo un esfuerzo titánico por encontrar algo bueno de este bodrio, podría decir que es cortita (más duración no hubiese aguantado), que algunas escenas son divertidas de lo malas que son y que se mueve en un cine bastante peculiar, sin casi copiar de ningún otro género (pero eso es más malo que bueno, ahora que pienso).
Un titulo desmerecedor de cualquier recomendación y que no os engañen, diga lo que diga el señor Carlos Aguilar, esto no es una obra maestra ni lo será jamás. Amén.



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