Nos situamos en la frontera entre Alemania y Francia, donde un grupito de delincuentes de pequeños robos, aprovechándose de las revueltas parisinas huyen hacia Holanda, pero intentan pernoctar en el peor hostal que te puedas imaginar.
Un recibimiento espectacular (a lo gang-bang, regalo de la casa) es la antesala de una cena angustiosa y un desenlace de tortura. El cómo y el por qué se reunen más amigos delincuentes me lo ahorro, el caso es que eso sirve de plato para adentrarnos en el sórdido mundo de unos perturbados nazis como los de la Matanza de Texas, dueños del local y virtuosos del sadismo.
No llegan tan lejos como en Martyrs, pero se quedan muy cerca, además de dar la impresión que se palpa todo en el ambiente, el barro de los gorrinos, los martillazos, balazos, sogas, cadenas....
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