PAGES

domingo, 30 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016 : RESUMEN

La 49ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya llega a su fin tras 10 maratonianos días, tan demoledores como placenteros. Una vez más, la crítica especializada y la mayoría del público asistente (por cierto, con nuevo récord de asistencia), coinciden más bien poco en sus valoraciones; pero eso ha sido, es, y será, me temo que de ésa manera hasta el fin de los tiempos.
Un certamen movidito que ha tenido visitas de nivel como Christopher Walken, Max Von Sydow, Bruce Campbell, Rob Zombie, Mick Garris o Dolph Lundgren, y que también ha rendido homenaje a una persona de mis círculos cercanos y fallecida recientemente, el productor Luis De Val.
La gran ganadora de un año muy reñido ha sido finalmente la peculiar "Swiss Army Man", con 2 premios gordos (Mejor película y actor (Radcliffe)) y una mención especial.
Del resto de films premiados destacan "Train to Busan", "Grave", "The Wailing" o "The Handmaiden", entre otros.
Cerramos pues éste Sitges 2016 dedicado a Star Trek y nos vemos de nuevo en la que será su 50ª edición en 2017. Una oportunidad única para rendir homenaje a una de las más importantes figuras del terror de la historia de la literatura y el cine como es el Conde Drácula, contar con un padrino de lujo como es Guillermo del Toro (ya confirmado), y con la esperanza de que la esperadísima secuela de "Blade Runner" sea el film de apertura, pues promete, y mucho.
A continuación os detallamos el TOP-5 de los 3 miembros del Blog y el Palmarés oficial de mayor relevancia.


TOP 5 SOSPECHOSOS CINÉFAGOS

Jesús Álvarez

  1. Ex Aequo LA LLEGADA (Arrival) / COMANCHERÍA (Hell or high water)
  2. THE EYES OF MY MOTHER
  3. GRAVE
  4. LA AUTOPSIA DE JANE DOE
  5. UNDER THE SHADOW
Adrián Roldán

  1. LA DONCELLA (THE HANDMAIDEN)
  2. YOUR NAME
  3. TRAIN TO BUSAN
  4. COMANCHERÍA (Hell or high water)
  5. EL EXTRAÑO (The Wailing)

Marc Ventura




  1. LA LLEGADA (Arrival)
  2. COMANCHERÍA (Hell or high water)
  3. YOUR NAME
  4. TRAIN TO BUSAN
  5. PSYCHO RAMAN


PALMARÉS OFICIAL 49ª EDICIÓN SITGES (2016)


Mejor Película: SWISS ARMY MAN, de Daniels

Especial del Jurado: LA AUTOPSIA DE JANE DOE, de André Øvredal

Mejor Dirección: Yeong Sang-ho, por TRAIN TO BUSAN

Mejor Interpretación Femenina: Sennia Nanua, por MELANIE. THE GIRL WITH ALL THE GIFTS

Mejor Interpretación Masculina: Daniel Radcliffe, por SWISS ARMY MAN

Mejor Guión: Jeremy Slater, por PET

Mejores F/X : Jung Hwang-su, por TRAIN TO BUSAN

Mejor Fotografía: Hong Kyung-pyo, por THE WAILING

Gran Premio del Público: THE HANDMAIDEN, de Park Chan-wook

Mejor Cortometraje Oficial Fantàstic CURVE, de Tim Egan

Mención especial a LIMBO, de Konstantina Kotzamani

Premio José Luis Guarner (Jurado de la Crítica): THE NEON DEMON, de Nicolas Winding-Refn

Premio Citizen Kane a la Mejor Dirección Novel: Julia Ducournau, por GRAVE (CRUDO)

Premio Jurado Carnet Jove a Mejor Película : GRAVE (CRUDO), de Julia Ducournau

Menciones especiales a THE LURE y SWISS ARMY MAN

Noves Visions ONE: UNDER THE SHADOW, de Babak Anvari

Mención especial a PREVENGE, de Alice Lowe

Noves Visions PLUS: A DRAGON ARRIVES, de Mani Haghighi

Mención especial a WE ARE NOT CATS, de Xander Robin

Panorama Fantàstic: I AM NOT A SERIAL KILLER, de Billy O'Brien

Òrbita: LO CHIAMAVANO JEEG ROBOT, de Gabriele Mainetti

Focus Àsia: THE WAILING, de Na Hong-jin

Mención especial a DEAREST SISTER, de Mattie Do

Anima’t Mejor Película: YOUR NAME, de Makoto Shinkai

Midnight X-Treme: IT STAINS THE SANDS RED, de Colin Minihan

Brigadoon: ARCANA, de Jerónimo Rocha

Méliès d’Argent Mejor Película Europea SOFC 49: GRAVE (CRUDO), de Julia Ducournau

CRÍTICAS FESTIVAL

DÍA 1 : INSIDE / THE TIGER / HERE ALONE / MIENTRAS ELLAS DUERMEN / TRAIN TO BUSAN / THE AGE OF SHADOWS / COLOSSAL

DÍA 2 : COMANCHERÍA / THE ANTHEM OF THE HEART / MELANIE. THE GIRL WITH ALL THE GIFTS / SAFE NEIGHBORHOOD / SHIN GODZILLA

DÍA 3 : EL EXTRAÑO / RUPTURE / MUSEUM / LA AUTOPSIA DE JANE DOE 

DÍA 4 : UNDER THE SHADOW / A DRAGON ARRIVES / AVRIL ET LE MONDE TRUQUÉ / THE GREASY STRANGLER / YOUR NAME / OPERATION MEKONG / THE TRANSFIGURATION / BLOODY CHAINSAW GIRL

DÍA 5 : THE HANDMAIDEN / THE EYES OF MY MOTHER / ROAD TO THE STARS / PLANETA BUR / LET ME MAKE YOU A MARTYR / PET / IF CATS DISAPPEARED FROM THE WORLD

DÍA 6 : PSYCHO RAMAN / LO CHIAMAVANNO JEEG ROBOT / EL ATAÚD DE CRISTAL / 31

DÍA 7 : QUE DIOS NOS PERDONE / BAD CAT / SWISS ARMY MAN / IKARIE XB-1 / DETOUR / HARDCORE HENRY / GRAVE / OPERATION AVALANCHE

DÍA 8 : THE NEON DEMON / ZOMBI / LA REGIÓN SALVAJE / THREE / HEADSHOT / SADAKO VS. KAYAKO

DÍA 9 : THE LIMEHOUSE GOLEM / TUNNEL

sábado, 22 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016 : DÍA 9


"Insensibles", la ópera prima del hispano-francés Juan Carlos Medina (nacido en Miami, de padre español y madre francesa), consiguió en el Festival de Sitges de 2012 hacerse un hueco entre los films nacionales a concurso, y en cierto modo, logró despertarnos la curiosidad, aún sin entusiasmarnos, por su cine.
Ahora en 2016, y tras años luchando por hacerse con los derechos sobre la novela del inglés Peter Ackroyd, "Dan Leno and the Limehouse Golem" (1994), estrena su segundo largometraje, de mayor factura y pretensiones, titulado "The limehouse Golem".
Medina rueda un film oscuro, entre lo gótico y lo victoriano dentro del Londres de 1880. Un peligroso asesino se está cobrando las vidas de los vecinos del distrito de Limehouse, y ya se oyen murmullos de que el responsable sólo puede ser la criatura conocida como el Golem. El otoñal detective John Kildare (Bill Nighy) estará al frente de la investigación, aunque nada es lo que parece.
El nuevo film de Medina encierra no pocos elementos de interés, momentos conseguidos e incluso algunas interpretaciones de alto nivel, pero una vez plenamente digerido y asimilado, se desvela simple y llanamente como un caro episodio piloto británico sobre Jack el Destripador....sin Jack el Destripador.
No dudo de las posibilidades de la novela ni de las obvias capacidades del señor Medina para salir airoso de un film difícil como éste, repleto de matices de época, personajes perversos y complicaciones de guión, pero como espectador con cierta perspectiva, tengo la sensación de haber visto un capítulo más de la BBC, y no de los mejores, de Sherlock Holmes.


Sin mayor novedad, vuelve a haber un detective experimentado, con olfato, que persigue al asesino y que sigue pistas que a su vez le llevan por caminos inesperados hasta que descubre al culpable en un twist final, lo viene siendo el ABC de este tipo de films.
Curiosamente, esas mismas limitaciones se convierten en virtudes en determinados momentos (que no en todos), demostrando que no es siempre un -ya visto- y que, como las buenas recetas, la correcta combinación de sus ingredientes sigue funcionando comprensiblemente bien. Su atmósfera de neblinas callejeras, aunque nada novedosa, está bien lograda, y la cámara se pasea con criterio por el concurrido burdel (donde básicamente transcurre la trama), la oscuridad de las calles húmedas y algunos cochambrosos edificios alumbrados por tenues farolas.

Bill Nighy junto a una esforzada Olivia Cooke
A destacar también la impecable interpretación de Bill Nighy, fabuloso en su interiorización de sobrio detective demasiado implicado en el caso, y la cada vez más interesante Maria Valverde (que personalmente me tiene fascinado) y que borda un rol de femme fatale como novedad en su carrera.
En conclusión, un film decente pero demasiado común y adocenado, que apenas significa un pasito adelante en la filmografía de Juan Carlos Medina, y que promete más que ofrece (¡y qué lástima la ausencia de criaturas!).
(Redactado por Jesús Álvarez)



El director Kim Seong-Hoon presentó A Hard Day en la edición del Festival de Sitges de 2014, largometraje que significó su debut tras las cámaras y que ya comentamos en su momento. Dos años más tarde regresa con su segundo trabajo: "The tunnel".
La historia nos presenta a Jung-Soo, trabajador de una empresa de automóviles, que de regreso a casa para celebrar con su mujer y su hija el aniversario de la pequeña, ve como un túnel por el que está pasando colapsa y queda atrapado bajo los escombros.
Mientras en el exterior enseguida son conscientes de la magnitud de la tragedia y de la imposibilidad de un rescate inmediato, Jung-Soo está convencido que enseguida vendrán a sacarle de allí, y no es hasta que se comunica a través del móvil con Dae-kyoung, jefe de la operación de rescate, que empieza a entender que deberá prepararse para una larga lucha por su supervivencia. Con dos botellines de agua, el pastel que llevaba para la fiesta de cumpleaños y un móvil con la batería al 78%, se verá obligado a agudizar el ingenio para sobrevivir en el reducido espacio en que se ha convertido su mundo.
El equipo de rescate descubre la magnitud del desastre
La película en el primer tramo no puede evitar ciertas comparaciones con Buried de Rodrigo Cortés, cuando la acción se centra casi exclusivamente en el interior del vehículo donde se ha visto atrapado Jung-Soo, y que destaca por la creación de una atmósfera creíble y opresiva mientas su protagonista empieza a explorar sus posibilidades. Sin embargo, la película no busca centrarse únicamente en la odisea de supervivencia personal -como en 127 horas, por ejemplo- y enseguida reparte la acción con la posterior operación de rescate, el tratamiento de la noticia por parte del Gobierno y los medios de comunicación, y por supuesto, reflejar el mazazo que supone para los familiares de los que están atrapados en el túnel.
Con un acertado equilibrio entre lo que vendrían a ser las Disaster movies de toda la vida, el drama y un acertado contrapunto de comedia -con un pequeño perrito como nota más destacada-, las dos horas de metraje se hacen amenas e interesantes.
En parte gracias a una factura técnica impecable, tanto en lo referente al interior del túnel como al despliegue de los equipos de rescate, logrando que nos sumerjamos en la historia; como por las intensas actuaciones de Ha Jung-Woo y Oh Dal-su (atrapado y jefe de rescate respectivamente), dos actores de amplia experiencia con títulos importantes a sus espaldas como The Yellow sea, Nameless Gangster, Oldboy o The Handmaiden, esta última vista en esta misma edición.

Una de las muchas fotos que la mujer de Jung-Soo deberá sacarse con miembros del Gobierno
Trabajando a contrarreloj para salvar a Jung-Soo
Otro de los puntos más remarcables de la película es la fuerte crítica que hace hacia los medios de comunicación y al Gobierno del país. Respecto a los primeros deja patente su deshumanización, ávidos de noticias sensacionalistas sin importar el coste personal que hay detrás -como en el clásico El gran carnaval- y asimismo como son manipulados por el Gobierno para no dañar la imagen de sus dirigentes. Los vertidos hacia la cúpula política de Corea del Sur tampoco se quedan cortos, para empezar nos muestra las consecuencias de una vorágine de construcción de las infraestructuras del país -en este caso de los túneles- que por un mal diseño o mala construccción se viene abajo, lo que deja una sombra de dudas de quien es el responsable final de que esto sea así y si alguien ha sacado provecho al permitirlo. Por otro lado, la parte más sensacionalista de cara a la opinión pública, donde los ministros no dudan en acercarse hasta el lugar del desastre para sacarse fotos junto al equipo de rescate o de la pobre esposa de Jung-Soo -escena que subraya lo ridículo del momento-, para luego ceder ante las presiones económicas y si es necesario abandonar las tareas de rescate.
Con todo, una más que entretenida producción sur coreana, que reafirma la buena selección de películas de esta nacionalidad que hemos tenido en este Sitges 2016.
(Redactado por Marc Ventura)

viernes, 21 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016: DÍA 8

Puede gustar más o menos, pero en cierta manera Nicolas Winding Refn es un director con un estilo muy claro que se aparta de lo que se va haciendo actualmente, y se agradece que sus films siempre originen encarnizados debates entre fans.
Personalmente no me desagradó Drive (2011), aunque opino que es un film muy sobrevalorado y aún no he tenido el gusto (o no) de ver Solo Dios perdona (2013). A Sitges nos llegó "The neon demon" , esta vez adentrándose en los inquietantes mundos de los desfiles de moda repletos de superficialidad y "estrellitas", que no dudan en pasar por encima de quien sea sólo por conseguir triunfar.
En el film, Jesse es una chica que llega a Los Angeles, California, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertarán al demonio, y se verá atrapada en un peligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.
"The Neon Demon" es un film que inicialmente se sigue con interés, como la llegada de la pura, virginal y bella Jesse, y como sus atributos físicos le hacen destacar por encima del resto. Pero vemos que hay cosas que poco a poco van fallando.
El estilo tan característico del director, tan deudor de Mario Bava y Dario Argento con diferentes y bien marcados colores (el rojo, el azul) en pantalla, la cámara lenta y demás efectos de videoclip, en "The neon demon" no son efectos fallidos, pero si bien inicialmente te sientes atrapado y subyugado por estas imágenes de indudable fuerza y belleza, al final te preguntas si éste montaje va a llevarte hacia algún lado de la historia, cosa que finalmente no hace y va quedando como algo muy gratuito.
Lo mismo se puede decir de su violencia de chiste e injustificada. Soy de la opinión de que los momentos disgusting que suceden al final de la pieza están algo fuera de lugar, y si el director quería mostrar la locura del mundo de las modelos con estas muestras surrealistas de gore, no hace más que sacarme de la película (lo mismo me pasa con el momento necrófilo).


Los personajes en general son bastante planos a excepción de Elle Fanning, quien hace una más que estupenda interpretación. Sin duda la película es ella. Me pareció de chiste el personaje de Keanu Reeves, sin ningún peso concreto en la trama y que tan pronto aparece, desaparece.
Pese a todo, se trata de un film con una trama interesante pero mal conducida y que como es habitual en el director, producirá tanto pasiones como odios. 
(Redactado por Adrián Roldán)


Aún a riesgo de convertirme en un outsider, mantengo mi cruzada personal sobre el denominado maestro George A. Romero, al que considero, en líneas generales, un cineasta harto sobrevalorado, monotemático y limitado.
Su ópera prima, de indiscutible relevancia histórica, "La Noche de los Muertos Vivientes" (1968), fue un punto de inflexión en el género del terror, y por supuesto gracias a él se reinventó la figura del zombi, clave para que otros autores crearan sus obras a posteriori, de eso no hay duda.
Sin embargo, hay quien ha sobredimensionado su discurso sociológico y ha creado a su alrededor un aura de culto intocable hacia la figura del neoyorquino. Su film desencadenó debates de toda índole, algunos incluso conspiratorios (pero sobre todo racistas y opresivos), y se sigue reverenciando en exceso lo que, a mi parecer, no fue un brote de genialidad creativa, sino más bien la suerte de aquél a quien le toca la lotería.
Lo demuestra su filmografía restante, mediocre en general (apenas salvando "Creepshow" o "Martin"), y que siempre obliga al cineasta a volver a su agotado discurso "of the dead" cada vez que tiemblan sus finanzas.
Hasta en media docena de ocasiones ha recurrido Romero a sus personajes de ultratumba, y como cabía esperar, con cada vez menos fortuna : "Zombi : el regreso de los muertos vivientes" (1978)"El día de los muertos" (1985), "La tierra de los muertos vivientes" (2005), "El diario de los muertos" (2007), "La resistencia de los muertos" (2009) y la actual TV-serie "Empire of the dead" (2016).


Si bien las 2 primeras secuelas tienen (según se mire) su razón de ser, el resto son un descarado ejemplo de auto explotación, un obligado regreso a su gallina de los huevos de oro que le dé de comer, pues nada más parece haberle funcionado en sus casi 50 años de carrera, lo que confirma la hipótesis acerca de su mediocridad autoral.
Este año, dentro de la sección Sitges Classics y con motivo de la reciente restauración de su film "Zombi" (con Dario Argento como productor y el danés Nicolas Winding Refn como artífice del negocio), se ha realizado una proyección especial en la enorme sala de l'Auditori, ideal como pocas para degustaciones gourmet a ojos del cinéfilo.



Existen 4 versiones diferentes del film a día de hoy, a saber : la estrenada en EEUU de 127 min, otra posterior con 12 minutos más de escenas irrelevantes, la Ultimate Final Cut, ¡de casi 160 minutos! (que no he tenido el privilegio) y el nuevo montaje europeo, que a su vez es el nuestro de toda la vida, de apenas 120 minutos. Éste último, lógicamente, es el escogido para su lavado de imagen y sonido, pues proporciona mayor equilibrio en la trama.
La película, inevitable secuela de "Night of the living dead", tardó una década en aparecer y sin duda ofrecía aspectos renovados perfectamente válidos, como cambiar el blanco y negro original al color, aumentar las dosis de gore ostensiblemente, mejorar el trabajo de maquillaje (gracias al incansable Tom Savini), acentuar tanto sentido del humor como el de sátira o enfatizar aspectos humanos ante situaciones extraordinarias, ya sea por el miedo a ser devorado o infectado, la supervivencia de uno mismo, el suicidio, el significado del trabajo en grupo, o incluso se atreve con aspectos más perversos, como situar a una embarazada en el planteamiento.
La mayor parte de la cinta se desarrolla en un centro comercial, que no únicamente sirve como refugio a nuestros protagonistas, sino que también es un dardo envenenado, con auténtica mala leche, hacia una sociedad cada vez más borreguil. Todo una serie de aciertos que, junto a una nueva estética comic-book, y un cierto frenesí en su montaje, convierten a esta secuela en un film digno.


Lástima que el tiempo le haya hecho mella y por momentos se vuelva monótona, repetitiva, interminable y algo aburrida. En mi opinión, se trata de un film importante para su época, muy festivo y ruidoso, pero que no alcanza la calificación de obra maestra debido a su condición de calco a color, y sobre todo, por ese tufo a refrito exploit que desprende, ya al borde del agotamiento de la fórmula y su además, exceso de metraje.
La versión de 2004, "El amanecer de los muertos" (el colmo ya, ser remake de un remake), dirigido por Zack Snyder, captura la esencia de la acción al completo, le inyecta más adrenalina y remienda los problemas de ritmo del comentado film de Romero, actualizándolo y dotándolo de una elegante composición moderna, gracias a una mixtura entre poderío narrativo y fuerza visual (esa imborrable primera escena de la niña convertida), lo que, a mi entender, la hace superior técnicamente, aunque carezca de la relevancia del "original".
Ya para concluir, redondearé mi repaso al film con la mejor frase del mismo, ya mítica :
- "Cuando no haya más habitaciones libres en el infierno, los muertos caminarán por la Tierra".
(Redactado por Jesús Álvarez)


Dentro del apabullante e interminable mundo del Adult Video japonés existe un género que despierta en mí multitud de sentimientos: confusión, incredulidad, emoción, morbo...
Los films porno japoneses, en donde heroínas disfrazadas cual Ultra-girls (o sin disfrazar, para lo poco que dura la ropa da lo mismo) son atacadas sexualmente por una criatura tentacular, son tan desconcertantes que mis ojos curtidos en toda clase de locuras bizarras no pueden creer lo que ven.
Podemos citar el muy rescatable, atrevido y notable film anime "Urotsukidoji: la leyenda del señor del mal" (1989) como piedra angular e inicial en esta ferviente y enfermiza pasión japonesa por estos extraños films. 
Bien, después de esta clase de historia del cine underground más extremo, ya estamos más preparados para enfrentarnos a "La región salvaje", el nuevo film del provocador director mexicano Amat Escalante.
En el film, Alejandra es una joven madre y ama de casa que cría a sus hijos junto a su marido Ángel en una pequeña ciudad de México. Su hermano Fabián es enfermero en un hospital local. Sus vidas provincianas serán alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica, quien les convence de que en el bosque cercano, en una cabaña aislada, existe algo que no es de este mundo, pero que es la respuesta a todos sus problemas. 
El film utiliza una premisa de temática fantástica secundaria (o más bien terciaria), para contar una historia de carácter social y que sirve de contrapunto emocional a los personajes. Esta historia de insatisfacciones vitales femeninas, con hombres que se acuestan entre sí pero que lo viven en total secreto e hipocresía, pretende ser un reflejo del México actual, con una sexualidad reprimida, donde se oculta la verdad emocional, las mujeres son esclavas de una vida enraizada en el hogar y con la supuesta obligatoriedad de cuidar a sus hijos.
Es en toda esta gran insatisfacción femenina donde entra en juego esta simpática criatura alienígena, bien cercana en diseño a un pulpo descomunal, y custodiada por una pareja de ancianos en una cabaña en medio de la nada. Un pulpo, al cuál le gusta utilizar sus tentáculos para poseer los cuerpos de las dos féminas del film, y ofrecerles jugosos y adictivos orgasmos que las libera de toda frustración y represión social (con los hombres, al parecer, no funciona porque los dos personajes masculinos que prueban al pulpo, aparecen muertos al día siguiente, si es que tampoco es tonta la criatura). 


El film es interesante por este contrapunto anteriormente expuesto, en el que mezcla lo social y lo fantástico, el problema es que la presencia tentacular en la historia es mínima, no es que sea secundario, es que es muy terciario y una propuesta tan singular en un film serio merecía llevar la historia a terrenos aún más explícitos y radicales, pero se queda a medio camino (una sola secuencia verdaderamente explícita, brillante, eso sí), mientras los minutos pasan ante nuestros ojos con una historia cuasi telefílmica de violencia en la pareja y homosexualidad reprimida.
Por esto mismo, no entiendo la fama de polémica y provocadora que está causando el paso de "La región salvaje" por diversos festivales. Podrá provocar y causar revuelos en Toronto ó San Sebastián, pero en Sitges no nos la pegan. Pese a todo, es un film bien interesante y que merece toda nuestra atención; sin duda las magnéticas y misteriosas interpretaciones de Simone Bucio y Jazmín Ramos son motivo suficiente para acercarse al film (y el pulpo provoca-orgasmos por supuesto), pero los que busquen emociones más fuertes y radicales mejor que vuelvan a la saga Urotsukidoji o a las cloacas videofílmicas japonesas, donde reposa lo imposible.
(Redactado por Adrián Roldán)

Johnnie To es sin duda uno de los directores más importantes dentro del cine de acción Hongkonés de estos últimos 20 años. "Three", su último trabajo, es un film que se contagia del cambio de registro ocurrido desde su anterior película, "Office" (2015), la cual sorprendía con una historia que mezclaba la comedia con el musical.
Los 88 minutos de "Three" transcurren durante una noche donde confluyen diversas historias en un hospital; un sospechoso detenido que se niega a declarar ante la policía, un hombre que afronta una operación crucial, un tipo que ha quedado malparado tras una operación, un jubilado con ganas de escapar por el hospital y una doctora que es testigo y partícipe de todas estas historias.
Un film que durante sus primeros 50 minutos podría pasar perfectamente por un episodio de lujo y violento de la serie Scrubs, por su ambientación puramente hospitalaria y por su diverso plantel de personajes, cada uno con una historia bien delimitada y que se viven en paralelo. Hasta que llega el esperado momento balístico marca de la casa y todo el escenario se pone patas arriba con un tiroteo de proporciones épicas con muertes por doquier.
La lástima de "Three" es que se ve muy descompensada, toda su alargada parte inicial, hasta que podemos ver disparos, se sigue con marcado desinterés, aunque es de agradecer la manera en que To va colocando los personajes como piezas de un tablero de ajedrez, haciendo que la tensión vaya incrementándose cada vez más.



"Three" podría describirse como "la película del plano secuencia", porque contiene uno de una calidad abrumadora, filmado como una danza macabra de disparos y sangre digital. Pero la calidad innegable de este plano no justifica por sí misma la calidad de la película, que al finalizar te deja con la sensación de que tampoco era para tanto la amenaza gangsteril y salimos agradeciendo que la duración apenas supere los 88 minutos.
"Three" es un film curioso y medianamente entretenido, pero no sirve como ejemplo significativo de la carrera cinematográfica de un director único como es Johnnie To.
(Redactado por Adrián Roldán)


En 2011, "The Raid" supuso una revolución dentro del cine de acción y un soplo de aire fresco a las muy manidas películas "de hostias". "The raid" era salvaje, un frenesí de acción non stop con la sencilla premisa de un escuadrón de policías que entra en un edificio atestado de narcotraficantes y demás maleantes armados hasta los dientes. Las escenas de pelea eran de una calidad y salvajismo impecable e Iko Uwais se erigía como nuevo rey de las artes marciales. En 2014 llegó la secuela, "The Raid 2", con igual o aún superior calidad que su predecesora.
En Sitges nos ha llegado "Headshot", protagonizada de nuevo por Iko Uwais y con la promesa de, por lo menos, mantener las elevadas dosis de diversión y batallas gore de "The Raid".
En el film, un hombre despierta en un hospital, incapaz de recordar quién es. Poco a poco y con la ayuda de una doctora, se va recuperando. Sin embargo, su pasado no tarda en alcanzarle, cuando un capo de la droga secuestra a la médica. El desmemoriado Ishmael deberá enfrentarse a una banda de luchadores que, quizá, fueron también sus compañeros.
Frente a un público que lo dio todo en la sala Tramuntana y que aplaudía y gritaba a cualquier momento estrella del film, "Headshot" dio lo que uno esperaba e incluso más. Una propuesta que no destaca precisamente por su historia ni mucho menos. Las situaciones y tics propios de este género están requetesobados, el romance entre la enfermera de buen ver y el personaje de Uwais es más fino que el papel de fumar y provoca algún que otro momento risible.
Además, para nuestro pesar, a Iko Uwais, cuando no está dando hostias y se le exige una interpretación dramática, es un actor más bien justito.


Pero cuando entramos en materia, es cuando "Headshot" muestra sus cartas. Las escenas de lucha, y que suponen el 70% de la cinta, son tan espectaculares como "The Raid". Cada set piece está filmado con una adrenalina, salvajismo y sorpresa que quitan el aliento, y esto convierte a "Headshot" en un film por encima de la media de este tipo de producciones.
Una película que compensa su flojisima historia con unas inmejorables escenas de acción, y que sirven de consuelo para quien esté a la espera de "The Raid 3". Así pues, todo un entretenimiento más que estupendo y satisfactorio para los amantes de las "tullinas".
(Redactado por Adrián Roldán)


A la 1 de la mañana, haciendo cola en el cine Retiro con los párpados pesados como una roca, tras haber aguantado ya 5 películas y demás paseos por el Brigadoon y tiendas de cine... sólo podía hacer esto por una de las películas más esperadas por mí del festival, el crossover más explosivo y fantasmal de los últimos años, "Sadako vs Kayako".
En mi adolescencia viví de lleno la fiebre por el terror asiático y de hecho son unos films que me apasionan. Es evidente que "The Ring" (1998) supuso un antes y un después, no solamente en el género del terror mundial con una propuesta que volvía a los orígenes del horror y el minimalismo, sino que originó la llegada a nuestras fronteras de demás cine asiático y de todos los géneros: del terror, al drama, al indie (Internet tuvo mucho que ver en eso).
Los amantes del cine, cansados del hermetismo de Hollywood y sedientos de nuevas sensaciones, aplaudimos felices. Otro de los films que salieron a rebufo de esta fiebre del J-Horror de principios del 2000 fue "La maldición" (2003) de Takashi Shimizu, un film que sobresalía sobre la mayoría de clones con su estética fría y netamente terrorífica, capaz de provocar horror con los mínimos elementos, con unos fantasmas sencillos pero escalofriantes; el niño Toshio y su madre Kayako ya son personajes míticos del género.
No sólo "The Ring" disfrutó de una secuela y una precuela (interesantes), el remake americano obligado y un reboot japonés (las divertidas Sadako 3D 1 y 2), sino que también "La maldición" (o Ju-on) tiene el dudoso honor de ser una de las sagas recientes más largas y repetitivas, con 11 entregas. Agotado el filón desde hace muchos años, sólo quedaba una cosa: enfrentar a las dos fantasmas más famosas del cine japonés en un combate de proporciones épicas.
Antes de empezar a criticar el film, he de destacar dos cosas: primero, que el cortometraje que nos proyectaron antes del film y titulado "Death Metal" de Chris McInroy fue una absoluta maravilla de 4 minutos, gamberro y sangriento, nada que ver con los engendros pedantes e indiferentes que hasta ahora me he cruzado en esta edición en formato corto.
Y segundo, que el público presente en la maratón estuvo totalmente fuera de sí y eso ayudó a que, por un lado no me durmiera, y por otro que la proyección fuera inolvidable, todo un plus a verla solo en casa.


"Sadako vs Kayako" es un lavado de cara en toda regla. Es imposible a estas alturas tomarse en serio el argumento sin que sea involuntariamente cómico (el error que cometían las ultimas entregas), así que se opta por ofrecer una parodia muy autoreferencial en donde se ríe de sus propias reglas y códigos pero con una inteligencia y savoir fair que ya quisiera cualquier entrega de Scary Movie.
Sus 90 minutos son entretenidísimos, ya que vivimos 3 películas por el precio de 1. Por un lado asistimos a una historia típica de "The Ring", con unas adolescentes siendo malditas por el infame vídeo y perseguidas por Sadako, mientras que en paralelo seguimos a otra adolescente que se muda justo al lado de la casa maldita de Kayako y Toshio, los cuales empiezan a atormentarla. Todo esto provoca que el ritmo sea endiabladamente divertido y veloz, ya que no dejamos de asistir a revelaciones, golpes de efecto y apariciones fantasmales.
Finalmente, estas dos historias se cruzan y vemos el tan esperado enfrentamiento entre las fantoches, tan excesivo y delirante como todo film japonés de estas proporciones obliga. Otro puntazo del film resultan esos dos personajes de una niña ciega y un cazademonios, que ayudan a los personajes protagonizando momentos delirantes y paródicos. 
"Sadako vs Kayako" es un film muy entretenido que no pasará a la historia (ni es su intención) y que ha supuesto un necesitado lavado de cara al terror japonés con humor y orgullo. 
Y a pesar de todo el buen humor, es de alabar que aún y así Sadako siga causando terror.
(Redactado por Adrián Roldán)

lunes, 17 de octubre de 2016

FESTIVAL DE SITGES 2016 : DÍA 7

Corren buenos tiempos para el thriller nacional. Películas tan notables e interesantes como "No habrá paz para los malvados"(2011), "La Isla Mínima" (2014) o la reciente "Tarde para la ira" (2016) dan fe de ello.
El último trabajo de Rodrigo Sorogoyen "Que Dios nos perdone", también entraría con honores en esa privilegiada lista, que nos devuelve las ganas de pisar/pagar un cine para ver un producto nuestro (y no me refiero al típico gestado en Estados Unidos con firma española) y salir del todo satisfechos.
Con un estilo sobrio, directo, trabajado y coherente; de personajes firmes, que reformula el thriller clásico pero sin calcar a los de siempre, y en donde el guion, las interpretaciones y la puesta en escena, rozan la excelencia al no caer en dinamismos obsoletos ni en un humor de teleserie.
Sorogoyen nos sitúa en Madrid, en aquél caluroso agosto de 2011. En plena crisis económica, y mientras la capital recibía al Papa Benedicto XVI, un asesino en serie comienza a cobrarse víctimas de manera cada vez más contundente y brutal.
A los antitéticos inspectores Alfaro y Velarde, bravucón e inestable el primero, tartamudo y metódico el segundo, se les asignará la difícil tarea de encontrar al criminal sin levantar mucho polvo, pues el país tiene la mirada puesta en otros asuntos "de mayor importancia".
Muchos elementos entran en juego para dar forma a esta formidable película policíaca, y no solo desde un punto de vista cinematográfico, sino también por ofrecernos un discurso social muy relevante a la par que actual, ahondando también en psicologías de toda índole y creando, a mucha honra, un serial killer para el recuerdo.

Alfaro y Velarde, juntos en un caso que les desborda
De entrada, el escenario de una Madrid sufriendo una de sus peores olas de calor, socialmente indignada y con aglomeraciones de devotos cristianos adorando al Sumo Pontífice, resulta ideal para relegar un caso de asesinatos a un cuarto plano en los medios de comunicación.
Los detectives, cada uno con sus respectivas vidas al borde del colapso, dibujan sendos personajes con gran acierto pese a las dificultades que entrañaban (sobre todo para De La Torre), y demuestran talento y profesionalidad a un nivel muy competente.
El telón social de fondo, con la indignación política y los comienzos de la peor crisis económica en democracia, construyen un escenario conflictivo y crispado, que se respira en la relación entre compañeros, jefes, noticiarios o incluso dentro de las familias. Un ambiente malsano y rancio que alimenta el odio general del film y nos impregna de una atmósfera agobiante pero idónea, sin duda uno de los aspectos más interesantes del conjunto.

Tras las huellas de un asesino brutal
Si a todo eso le sumamos un metraje ágil, buenas dosis de acción inteligente, diálogos casi brillantes, una narrativa con desparpajo más un original asesino y violador de abuelas (aunque nos recuerde vagamente al inigualable Bates de Hitchcock), ya tenemos veredicto.
Film, en suma, espléndido, que no llega a obra maestra por licencias en la historia y falta de pretensiones más altas, pero que puede sacar pecho ante productos similares de mayor presupuesto, y que tiene, gracias a su humildad y valentía, un lugar de honor en el cine nacional. ¡ Un bravo para Sorogoyen !.
(Redactado por Jesús Álvarez)

El cine de animación rara vez entrega películas destinadas exclusivamente al público adulto, en la actualidad suelen abundar las películas infantiles o en el mejor de los casos, destinadas a toda la familia gracias a una serie de "capas" que la hacen accesible a un amplio abanico de edades - véase la magnífica Del revés de Pixar-. Dentro del cine animado para adultos, podemos encontrar títulos clásicos como "Heavy Metal", "Cuando el viento sopla" o "El gato Fritz"; o más actuales, como las imprescindibles "Bals con Bashir", "Princess" o "The Fake", por citar algunas, pero no solemos tener muchas oportunidades a lo largo del año.
Por eso, la inclusión en la programación de Sitges de "Bad Cat", me parecía una propuesta irresistible. La película es la adaptación de un cómic turco de título Kötu Kedi Şerafettin, creado por Bülent Üstün, enormemente popular en su país natal, que nos presenta las aventuras de un gato llamado Shero, un auténtico rufián malhablado, malcarado y obsesionado con ligar, beber, comer e insultar a todo hijo de vecino que se cruce en su camino.
Junto a sus amigos Riza la rata y Rifki la gaviota, están preparando una noche de barbacoa, cuando surge la oportunidad de intentar ligarse a la dulce gatita de un dibujante de cómics que vive por allí cerca. Pero el destino siempre está lleno de sorpresas, y el breve encuentro terminará con la muerte de forma accidental de la gatita. Como consecuencia, su dueño, presa de la ira, buscará vengarse de Shero y de otro felino -un proxeneta- que pretendía presentarle a la atractiva gata.
En la dura pelea, solo Shero sobrevive, mientras el dibujante termina con los sesos desparramados al caer desde lo alto del edificio. Sin embargo, volverá de entre los muertos convertido en una especie de zombie vengativo que sólo tendrá en mente matar a Shero.
Por si el día no hubiera sido suficientemente duro, la casera del piso donde vive Shero, está a punto de desahuciarles y ese día se le presenta un hijo bastardo reclamando su paternidad.   
Bad Cat sorprende desde su primer fotograma gracias a una cuidada animación tridimensional muy en la línea de la última entrega de las aventuras de Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo. Demostrando el cariño que se le ha dedicado al diseño de los personajes, decorados, objetos y detalles de todo tipo, y su interactuación. De la película solo se puede decir que es un disfrute transgresor de principio a fin, cuyo cómic nació en el año 1995, momento en que el movimiento underground permitía mucho más que hoy en día la publicación de obras con un contenido tan subido de tono.
Shero y su dueño son puras caricaturas de muchos clichés turcos: el gato más deslenguado y con más mala ostia con quien nos hayamos cruzado nunca, mientras su "cuidador" de aspecto brutal, cejijunto, con camiseta imperio y peludo como un oso, resulta ser un amante del arte que decora su apartamento con litografías de Picasso y toca música clásica con su violonchelo. De ritmo vertiginoso -pero sin pasarse-, también aprovecha como en otras películas del festival, para lanzar una crítica a la banca urdiendo un atraco surrealista a una sucursal bancaria. Repleto de gags visuales, chistes, frases lapidarias y muy mala baba, ha sido una de las propuestas con las que mejor lo he pasado este año en Sitges. Realmente una película a rescatar para aquellos que no tuvieron oportunidad de verla.
Al terminar la película, los directores de la misma - Ayse Ünal y Mehmet Kurtulus - atendieron una ronda de preguntas, donde dieron luz ciertos aspectos desconocidos en nuestras tierras acerca de la animación turca en general. Sobre el cómic en que se basa el filme, comentaron que se publica en forma de semanario de dos hojas con gags muy inconexos entre ellos, lo que dificultó el poder crear un largometraje en el que desde hacía más de 10 años ya tenían sus miras fijadas. Para el proyecto contaron con la entusiasta colaboración del creador del cómic, quien además aparece caricaturizado en la película como el dibujante apacible que termina transformado en un zombie.
Asimismo, aclararon que el cómic es mucho más corrosivo y transgresor que la versión animada, que si bien no se queda corta en el apartado escatológico o visual, no llega a la altura de su fuente original, donde se puede ver como Shero nace gracias a una masturbación y donde el contenido sexual y de incorrección verbal es altísimo.
(Redactado por Marc Ventura)


Su presentación en Sundance, donde dividió al público de forma brutal (muchos huyeron de la sala rechazando la propuesta y los que se quedaron acabaron amándola), no hacia sino aumentar las expectativas respecto a "Swiss Army Man", film dirigido y guionizado por Daniels (Dan Kwan y Daniel Scheinert).
La verdad es que el punto de partida del film, con un cadáver moribundo, interpretado por Daniel Radcliffe, el cual no cesa de emitir flatulencias, era bien llamativo, algo muy del gusto de un Festival como Sitges.
La historia presenta a Hank, quien lleva una larga temporada aislado en una isla desierta, pero tras encontrar a un cadáver de un joven que el agua ha traído hasta la orilla, logra escapar haciendo uso de sus "especiales" habilidades con los gases corporales. 
El film sorprende por su tono juvenil, gamberro y tremendamente imaginativo, aprovechando el espacio de la acción y llevándolo al terreno de lo absurdo y al surrealismo. Sí, el cadáver moribundo (interpretado muy bien por cierto, por un Daniel Radcliffe quitándose ya definitivamente el sambenito de Harry Potter forever), es una auténtica navaja suiza: se tira pedos que lo ayudan a propulsarse cual lancha motora o emana de su boca chorros de agua limpia que sacian la sed del protagonista; pero el film no se queda en estas demostraciones de humor escatológico, absurdo y refrescante.
Una vez el cadáver empieza a hablar, la película entra de lleno en terrenos más profundos y complejos: la vida, la soledad, las relaciones humanas o cómo nos amarga la forma de comportarnos frente a la sociedad. Un camino que lleva a Hank, interpretado por un estupendo Paul Dano, a redescubrirse a sí mismo y a enfrentarse a sus temores más internos a la vez que cuenta una preciosa historia de amistad.


Si encima, el objeto de deseo de esta extraña pareja es Mary Elizabeth Winstead (la fémina de la cual Hank está enamorado y nunca se atrevió hablarle), una actriz de referencia para el que esto suscribe por motivos evidentes, el film se hace emocionante, divertido y reflexivo.
Juega en contra que su humor sea muy especial y que al fin y al cabo, no hay mucho más que rascar en la trama y el metraje se haga, por momentos, algo largo y con escenas reiterativas y repetitivas. Pese a todo, el clímax final es inmejorable y hace que al acabar la proyección, no puedas reprimir una sonrisa tonta de satisfacción. 
(Redactado por Adrián Roldán)

En el reciente festival de Cannes 2016, algunos privilegiados asistieron a la proyección restaurada en 4K del clásico film checo de ciencia ficción "Ikarie XB-1". Conocida película por ser la primera producción checa de dicho género y por servir de fuente inspiradora para futuros clásicos como "2001 : Una odisea del Espacio (1968)" o "Alien, el octavo pasajero (1979)".
Basada en la novela "La nube de Magallenes" del polaco Stanislaw Lem, el film por fin se ha visto reivindicado tras tantos años, pues no se pasaba en un cine en su versión original intacta desde su gran acogida en Trieste de 1963. Y es que al poco de estrenarse, y para comercializarla mundialmente, la AIP (American International Pictures, con el incansable Roger Corman de por medio) la rebautizó y remontó para adaptarla a otro tipo de público.
Así pues, el novedoso film de Jindrich Pólak, tras el centrifugado yanki, pasó a titularse "Voyage to the end of the Universe" ("Viaje al fin del Universo" en España), y suprimió por completo 10 minutos del original, cambió el final por otro más "adecuado", alteró el nombre de los actores checos, anglofonizándolos, e incluso eliminó uno de los puntos más significativos y auténticos de la película, su marcado espíritu comunista.
Gracias al festival de Sitges 2016, unos pocos pudimos deleitarnos con esa copia restaurada y original que se exhibiera en Cannes, además de sorprendernos por la noticia de su posible re-estreno en salas de nuestro país a principios de 2017. Todo un lujo.
La película nos sitúa en el año 2163. Ikarie XB-1 es una nave que viaja a una velocidad cercana a la luz y que ha sido enviada, en un viaje de más de 2 años y junto a una tripulación mixta de 50 personas, a un desconocido planeta "blanco", cerca de Alfa Centauri, que no esté tan dañado como del que proceden.

Tratando a un astronauta afectado por la radiación
Durante el plácido trayecto, toparán con otra nave espacial abandonada, aparentemente terrícola, que emana radiación mortal, provoca desequilibrios psíquicos graves y parece una seria amenaza para los intereses de la misión.
El componente fuertemente comunista del film es palpable en toda la cinta. Desde el comportamiento general de la tripulación, todos de una misma condición, con raciones de comida equitativas y sin apenas jerarquías visibles, hasta la propia alegoría de la búsqueda de una sociedad ideal (ése planeta "en blanco"), huyendo de un sistema podrido.
Las ideologías políticas no terminan ahí, pues también hay claras referencias a la Guerra Fría (el armamento que transporta la nave abandonada y que atenta contra sus intereses), o al sistema de estancamiento económico que azotaba la república checa a principios de 1960.

Un robot "obsoleto", de lo más divertido de la cinta
Un asombroso ejemplo de su poderío estético
Lejos de ser solo un film panfleto, "Ikarie XB-1" también se adentra con desparpajo en aspectos tecnológicos, y es ahí donde encontramos sus mayores virtudes. Con un acabado estético magnífico, un despliegue visual sorprendentemente actual y una visión muy estimulante del presente y futuro de la ciencia espacial, el film posee una poderosa identidad propia y se desmarca por su originalidad, exotismo y su capacidad premonitoria (incluso en aspectos musicales). Todo un alarde de invención estética que contrarresta y/o complementa el fuerte aroma político.
La balanza se desequilibra cuando el film trata de ahondar en las relaciones humanas, pues esboza con brocha más bien gruesa las relaciones de amor (seguramente respetando los límites permitidos), fraternidad, desquicio psicológico (en el caso de un tripulante en concreto), sus fallidas pretensiones como thriller o las mínimas dosis de violencia.


Incluso sabe contagiarnos el tedio cuando a la tripulación, por causas que no desvelaré, les entra una somnolencia extrema. Ése es, en realidad, el verdadero talón de Aquiles de esta peculiar película sobre el espacio, aburrirnos en buena parte de su segunda mitad.
Como curiosidad, parece ser que el maestro Kubrick mostraba a su equipo de realización escenas de "Ikarie XB-1"  mientras rodaba su obra maestra "2001", y hay quién ve más de una similitud entre ambas. Sea como sea, bienvenida reivindicación de este clásico desconocido, y ya de culto, de la ciencia ficción checa.
(Redactado por Jesús Álvarez)


Christopher Smith, director de "Detour", presentó la que según él es su mejor película hasta la fecha. Asiduo al festival desde que en la edición del 2004 presentara Creep, a la que posteriormente se unirían Triangle y Black Death en el 2009 y 2010 respectivamente. La historia nos presenta a Harper, un joven estudiante de casa acomodada que vive convencido de que el accidente de coche que llevó a su madre a estar en coma, fue causado por su padrastro con la intención de librarse de ella, conseguir una buena herencia y poder estar con una pretendida amante a la que según el joven visita con asiduidad en Las Vegas. Una noche de borrachera solitaria para evadirse del calvario en que se ha convertido su vida, le lleva a entablar conversación con un tipo duro llamado Johnny, quien tras escuchar sus teorías acerca de su padrastro se ofrece a solucionarle el problema y hacerlo desaparecer del mapa a cambio de 20.000$. Al día siguiente, cuando Johnny se presente delante de su puerta para recogerle e ir a Las Vegas para acabar con su padrastro, se da cuenta del problema en que se ha metido por culpa de unas copas de más. Y aquí deberá elegir si sigue con el plan trazado en una noche etílica o se queda y planta cara a Johnny que ante todo quiere sus 20 mil.

Si algo se le tiene que reconocer a la última película de C. Smith es que es un neo-noir más que decente, bastante respetuoso con el género -incluso con guiño a la mítica Detour de 1945 que están dando por televisión-, a la vez que no tiene miedo a presentarse con una personalidad propia con una estructura narrativa que usa el splitscreen cuando quiere presentar una disyuntiva -como cuando podemos ver a Harper siguiendo a Johnny hacia Las Vegas mientras en el otro lado de la pantalla se queda en casa-. Por fortuna es un elemento del que no se llega a abusar y no entorpece el ritmo de la película, sino que logra darle un punto de tensión y sorprende a medida que vamos atando cabos conforme avanza la historia.



Con una buena actuación de los actores principales, los personajes y elementos que pueblan la historia son viejos conocidos del noir: en muchos casos elementos fuera de la ley, con cuentas pendientes con terceros o cuya vida va encaminada en la senda de los perdedores, como es el caso de Cherry, la joven puta que les acompaña en su viaje y a la que un cliente ha marcado con un navajazo en la cara. Con algún que otro interesante giro de guión y un buen trabajo de montaje logra sorprender en determinados momentos para que la experiencia sea agradable, ligera eso sí, pues al terminar no es una película que invite a grandes reflexiones ni tenga momentos que vayan a perdurar mucho en el recuerdo.
(Redactado por Marc Ventura)


Cada vez más, el triunfante concepto inmersivo que ha conseguido el mundo del videojuego se va colando progresivamente en otros formatos audiovisuales. Uno de los últimos experimentos con el que está jugando el mundo del cine estos últimos años es el fallido y caduco 3D o la realidad virtual.
"Hardcore Henry" es un vehículo de acción cuya mayor atención se centra en que sus 90 minutos están grabados en primera persona y casi en tiempo real, cual videojuego shot'em up tipo Call of Duty (o Doom, para los nostálgicos y amantes de los clásicos de la Play Station de los 90).
La trama es bien simple. Henry, el protagonista (o nosotros, si lleváramos un mando) revive en un laboratorio y de la mejor manera, siendo ensamblado biónicamente con prótesis robóticas súper poderosas por una enfermera de muy buen ver que dice ser su esposa (Henry no recuerda nada de su vida anterior). A los pocos minutos, unos maleantes comandados por un personaje con poderes psíquicos, mata a todo el mundo en el laboratorio, aunque Henry (junto a su curvilínea mujer) consiguen escapar.
Es cuando empieza un sin parar de acción cada 2 minutos con Henry encontrándose cada dos por tres con personajes metidos con calzador, los cuales le dan alguna pista o nueva arma que le permita seguir en el desarrollo de los acontecimientos (como cualquier videojuego del género).


Es evidente destacar que la propuesta es resultona y técnicamente excelente, pero para un servidor, el tema de la primera persona le ha parecido insufrible y tremendamente mareante (y eso que mi mente está más que acostumbrada a las mayores locuras narrativas y visuales).
Para un corto de 10 ó 20 minutos bien, pero no para 90. El conjunto es monótono y aburrido. Todo se centra en una sucesión de escenas de acción, una tras otra, (muy bien hechas, eso sí) donde el mayor atractivo reside en cómo Henry va destrozando a sus enemigos de las maneras más burras posibles.
A destacar el tramo final, donde el nivel de acción llega a cotas sobrehumanas y espectaculares (como fan de Queen, me hizo especial gracia que sonara Don't stop me now cuando Henry se inyecta adrenalina en vena).
Pese a sus aciertos, se trata de un film que funciona como curiosidad narrativa, pero que os aseguro que no volveré a visionar nunca más para así evitarme una buena vomitera.

(Redactado por Adrián Roldán)

En la última década, el cine francés de género ha dado lugar a piezas que han ofrecido nuevas perspectivas del terror, desde el torture porn, con films provocativos, desagradables y viscerales.
À l'intérieur (2007) es una de las favoritas para un servidor de esta nueva y volátil ola de cine de terror francés, a la que también pueden ser ejemplos destacados Martyrs (2008) o Alta tensión (2003).
"Grave" (o Raw, o Crudo), es una de las propuestas más interesantes, no solamente de esta reciente ola francesa, sino del género en estos últimos años, manteniendo el mismo nivel de incomodidad en sus escenas más gore (aunque sin llegar a los niveles de los anteriores títulos mencionados); con un toque de cine de auteur (muy europeo) y una historia femenina de autodescubrimiento sexual, vital (y alimenticio).
Justine, una joven de 16 años, vive en una familia donde todo el mundo es veterinario y vegetariano. Desde su primer día en la escuela de veterinaria, Justine se desvía radicalmente de sus principios familiares y come carne. Las consecuencias no tardan en llegar y Justine empieza a desvelar su verdadera naturaleza.
Lo sorprendente de este film es que se trate de la ópera prima de la directora Julia Ducournau y el resultado final parece haber sido creado por alguien con una trayectoria mayor, y es de destacar la naturalidad con la que pasan los hechos, no solo los sangrientos, sino en las situaciones referentes a la sexualidad o a la descontrolada vida universitaria donde vamos acompañando a la vorágine de degradación (o renacimiento, según como se mire) de Justine, con una fantástica interpretación de Garance Marillier, sin duda, lo mejor de todo el film.


No niego que haya algunas facultades o universidades francesas (o en el resto del mundo) con ese nivel de descontrol alcohólico y sexual, con orgías entre estudiantes en cada esquina, pero por momentos me resultó algo difícil de creer y parecía que estuviera viendo una escuela militar o una rave permanente antes que una escuela de veterinaria, si bien es un ambiente que ayuda en el desarrollo vital de Justine.
Respecto a los desmayos producidos en el Festival de Toronto, he de avisar que si estáis acostumbrados al género y a las emociones fuertes, las escenas sangrientas no os van a quitar el sueño ni mucho menos, pero sí es verdad que esos momentos en donde el canibalismo o la automutilación se hacen presentes, resultan desagradables y muy shockin' (pero no son para tanto).
El giro final, lleno de humor negro, es muy destacable y me hizo especial gracia. Grave (Raw) es un film de terror adulto, hecho con estilo, que remueve y hace pensar, algo muy necesitado en el genero estos últimos años y que con títulos como It follows (2014) o el presente film, hacen que recuperemos la esperanza en el cine de terror.
(Redactado por Adrián Roldán)

La moda de los mockumentary parece que no cesa, para qué engañarnos. Es un género la mar de económico de realizar para directores con pocos recursos pero son un tipo de películas con numerosas limitaciones.
REC (2007), Troll Hunter (2011), Cloverfield (2008) o Paranormal Activity (2007) son buenos ejemplos de cómo enfrentarse a la cámara en mano con buen hacer, e incluso propuestas tan delirantes y marcianas como The dinosaur project (2012) me hicieron especial gracia.
"Operation Avalanche" mezcla el concepto del falso documental con la leyenda urbana de que la llegada del hombre a la luna fue un montaje. Estamos en 1967, y la Guerra Fría está caliente, caliente, con la carrera espacial como punta de lanza. La CIA cree que un espía ruso se ha infiltrado en la NASA para sabotear el programa Apollo, y tienen la “brillante” idea de mandar a unos agentes del departamento de audiovisual para que se hagan pasar por documentalistas y desenmascaren al topo.
Personalmente siento pasión por las teorías conspiratorias, desde que el gobierno esconde la existencia de extraterrestres, que bajo el Vaticano hay un sótano enorme con esqueletos de humanoides gigantes o que el 11-S fue un montaje. Operation Avalanche se centra durante 90 minutos en la creación y desarrollo del montaje de la llegada del hombre a la Luna, y si bien es una vuelta de tuerca interesante, es algo insuficiente para un film de hora y media. 


El metraje se va haciendo largo y vas descubriendo que no hay mucho más que contar, nada más que seguir a unos personajes más o menos anodinos y ver como graban la citada farsa para luego escapar de agentes de la CIA que los quieren ver muertos. Hacía falta una vuelta de tuerca en el guión de esta producción o quizás la presencia de algún alienígena, pero esto ya es a gusto personal.
Operation Avalanche es una propuesta interesante, que retrata bastante bien el clima social y de paranoia de finales de los 60, pero resulta en conjunto un producto soso e insuficiente, aunque pasable.
(Redactado por Adrián Roldán)