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martes, 31 de julio de 2012

PSICOSIS 2 : EL REGRESO DE NORMAN (1983)

Tarea imposible era tratar de igualar la calidad y maestría del Psicosis de Alfred Hitchcock (no digamos ya de mejorarla), una película definida por algunos como la cinta de terror más relevante de todos los tiempos... Ahí es nada.
Tampoco descubro nada nuevo si digo que en el mundo del celuloide lo que huele a dinero está condenado irremediablemente a exprimirse al máximo, a veces para bien (hay aisladas sagas memorables), a veces para mal (con centenares de sagas deplorables). 
Mi propuesta esta vez es llevar a análisis la serie de films que se aprovecharon del mítico filón que dejara Psicosis para ver si sus propuestas posteriores eran, de algún modo, originales o eran un insulto al legado del británico y la novela original.
Dos años después del fallecimiento del maestro en 1980, empezaron las maniobras para realizar una continuación del citado film, centrado cómo no, en la figura de Norman Bates. La idea inicial era crear una cinta de terror para la TV sin demasiadas pretensiones (también lo fue para Alfred en su día, curiosamente), pero la confirmación de Anthony Perkins repitiendo el papel de Bates causó tal impacto mediático que se decidió estrenar en salas comerciales. El elegido para estar tras las cámaras fue el australiano Richard Franklin, ex-alumno del propio Hitch (lo asistió mientras éste rodaba Topaz) y algunos decían que apuntaba maneras; pero vayamos a la historia propuesta y veamos qué ofrece.
Han pasado ya 22 años desde los atroces asesinatos en el Motel Bates -los mismos años que separan una película de otra-, y tras ese tiempo de tratamiento psiquiátrico, el osado Dr. Bill Raymond le procura la libertad al psicópata Norman Bates, argumentando que ya está totalmente curado y perfectamente equilibrado. De nada sirve la fuerte oposición de Lila, hermana de una de las víctimas (repitiendo papel la actriz Vera Miles) para que no se le libere, ya que opina que seguirá en su línea de asesinatos psicópatas.
El confiado Dr. Raymond proporcionará un trabajo al bueno de Norman (Perkins) en una cafetería de la ciudad, ya que el Motel lo regenta ahora un impresentable llamado Sr. Toomey, y le vigilará visitándole semanalmente para ver como se adapta a la sociedad.
Norman aparentemente está en sus cabales, pero como no podía ser de otra manera, la aparición de una bella compañera de trabajo con problemas personales (encarnada por la nominada al Oscar Meg Tilly) acabará causándole algún que otro desquicio; ya sea por su misterioso comportamiento o por su intrigante abuso de confianza (y no en el buen sentido, como pueden pensar los más avispados de esta lectura).
A partir de entonces, sucederán extraños asesinatos del que nadie parece tener culpa, y que volverán loco de nuevo al ya de por sí inestable Norman.


La película da comienzo con la mítica escena de la ducha en su "versión extendida" (con unos segundos añadidos, totalmente innecesarios, que fueron eliminados acertadamente por el maestro del suspense en su día), para dejarnos claro que es una continuación de aquella, o que simplemente, aprovecha el poder de esas mismas imágenes para clavar al espectador en su butaca, tal y como lo consiguió Sir Alfred a principios de los sesenta.
La música del gran Jerry Goldsmith envuelve toda la cinta, aunque esta vez sin llegar a maravillarnos como en la original, pero que consigue dar ese toque de distinción tan necesario al film, acercándonos a aquella atmósfera de terror e intriga. Por otro lado, la perturbadora interpretación de Anthony Perkins sigue funcionando igual de bien 20 años después, por lo que centrar toda la atención en el actor y sus traumas es un acierto (uno llega a pensar que no actuaba mucho y que realmente estaba en desequilibrio mental).
Argumentalmente hablando, la película exprime descaradamente todas las posibilidades que ofrecía Norman y su desaparecida madre, y por unos minutos nos dejamos arrastrar por todo eso y hasta nos resultan convincentes a la par que satisfactorios. Lamentablemente, pasada la primera hora de metraje, entra en una espiral de giros y enredos que no consiguen otra cosa que desconectarnos y que añoremos desconsolados la trama original.
El cúmulo de pretendidas sorpresas de guión hace mucho daño a esta secuela, que busca abarcar tanto que se descubre insuficiente y a veces, incluso ridícula (esa estúpida escena del teléfono y los disfraces de madre lo dice todo).


Sorprende además ver cómo los asesinatos son puro slasher, y que el gore comienza a dar sus primeros pasitos (sobre todo en la tercera y cuarta víctima, ambas muertes excelentes). Pero pese a todos esos citados inconvenientes, el film de Franklin es mejor de lo esperado (que no era mucho), resultando ciertamente entretenido y conservando la terrorífica atmósfera del Motel Bates casi intacta, pues hasta se reconstruyeron exactamente todos los decorados para la ocasión.
Tampoco faltarán los continuos guiños a su predecesora a lo largo del viaje. Por ejemplo, el nombre de la amiguita de Norman, Mary Samuels, resulta ser el mismo que utilizó la primera víctima a la hora de inscribirse en el hotel de incógnito; o incluso nos regalan la sombra del Maestro proyectada en la habitación de la madre (foto superior).
En conclusión, estamos ante una secuela inevitablemente inferior al original y que se aprovecha de su fuente común, pero que de alguna manera mantiene cierta solidez e interés hacia el espectador, y eso, admito que no me lo esperaba.
Anecdóticamente comentaré que hubo una cintita de terror en 1981 titulada Night School que tuvo el honor de re-titularse libremente en España como "Psicosis 2", pero que como entenderéis, nada tiene que ver con la obra maestra de Alfred Hitchcock.

lunes, 30 de julio de 2012

AL BORDE DEL ABISMO (2012)

Nick Cassidy (Sam Worthington), es un ex-agente de policía que se encuentra cumpliendo una condena de 25 años por un crimen que mejor no desvelemos de entrada. Aprovechando el permiso que le es concedido para poder asistir al funeral de su padre, huye de sus vigilantes, pero para sorpresa de todos en lugar de intentar desaparecer, se dirige al Hotel Roosevelt de Nueva York donde se sube a la cornisa de la planta 21 y amenaza con lanzarse al vacío, logrando la atención de todo el público atentos al devenir de la situación. Nick lo tiene claro, va a demostrar definitivamente su completa inocencia y lo injusta que ha sido su encarcelación. ¿Qué astuto plan tiene en mente para lograrlo desde allí?
Al borde del abismo es un thriller que tiene su mejor virtud en su arranque, unos primeros minutos que saben captar la atención del espectador que se siente partícipe de una trama intrigante a la vez que original. Desgraciadamente la sorpresa pasa con celeridad y la película agota a marchas forzadas todas sus bazas, logrando que en los primeros 20-30 minutos ya tengamos bastante claro de que va todo el pastel y hayamos identificado casi sin posibilidad de fallo su devenir y posibles giros que nos va a ofrecer a lo largo de su metraje, por lo que nos queda por delante una hora que acaba por hacérsele demasiado larga para lo que da de sí.



Es en este arranque cuando nos puede invadir la sensación de estar ante una especie de refrito de títulos que tuvieron más o menos éxito en el pasado, teniendo ciertas similitudes con Última llamada (aunque claramente inferior a la de Colin Farrel ), con un pequeño toque de El negociador de Samuel L.Jackson. Hasta ese momento todo parece funcionar gracias a un buen ritmo y una destacable puesta en escena, haciendo creíble sentir vértigo en las secuencias que compartimos en la cornisa con un Sam Worthington  (que hace un papel más que correcto a pesar de lo limitado que es el desarrollo de su personaje). Nuestras expectativas hasta aquí están intactas y diría que pensando que lo mejor aun está por llegar.
Pero que ilusos somos a veces, ya que al entrar en juego las tramas secundarias de las que se sirve la película para descubrirnos los entuertos de la historia, es cuando el castillo de naipes empieza a tambalearse peligrosamente, perdiendo credibilidad minuto a minuto, para en ciertos momentos caer en un espantoso ridículo (quedaros con el modelito digno de un desfile de lencería y super escote que luce una de las protagonistas femeninas para hacer un trabajo muy diferente al de modelo, de juzgado de guardia). Podríamos decir que esta historia paralela no está a la altura de lo que necesita el film para levantar el vuelo definitivamente y acaba por lastrar a la trama principal que se siente huérfana e impotente para tirar adelante por sí sola.
La película malogra un material que daba para bastante más, al menos para mantener nuestro interés de haberse esforzado más en pulir un guión que a medida que avanza, tira de los más típicos clichés del género, para llegar a uno de los peores finales que puedo recordar: inverosímil, forzado y demasiado convencional para que al terminar el film nos quede minimamente grabado en nuestras retinas. Como muchos otros blockbusters, es de consumo rápido, en absoluto desagradable, pero tan liviano y yendo claramente de más a menos que nos quedamos con esa sensación de no haber acertado y con ganas de resarcirnos con una obra de mayor calado para quitarnos ese regustillo amargo.
Como curiosidad está la aparición de un veterano Ed Harris, al que había perdido la pista desde hace algún tiempo, y que con su presencia consigue darle cierto empaque al reparto. No obstante, los guionistas le dan muy poco margen para demostrar su valía, con unas líneas de texto pobres y unas escenas que en algún momento parecen sacadas del chuletario del guionista vago.
Recomendada para todos los que queráis matar el rato con el típico producto hollywoodiense que entretiene lo justo como para no desesperarse ni tener que abandonarla prematuramente si no nos ponemos a analizarla y vamos con el piloto automático, los que busquéis algo más, deciros que aquí dificilmente lo vais a encontrar.


sábado, 28 de julio de 2012

LA MALDICIÓN DEL ESCORPIÓN DE JADE (2001)

El hasta ahora proyecto más caro de la filmografía de Woody Allen llegó a nuestras tierras poco después de los terroríficos atentados del 11-S, en un momento más bien poco propicio para las comedias en el país americano, y mucho menos para las que estuvieran ambientadas en la afectada Nueva York.
Sin embargo, en las ruedas de prensa ofrecidas en Barcelona allá por octubre del 2011, Allen mostró una envidiable serenidad al hablar de tan reciente desastre, reflexionando que de todo se puede hacer comedia, con sus dosis de respeto y prudencia por supuesto, pero convencido de que -de la tragedia a la comedia lo único que hace falta es tiempo-, frase que en mi opinión, es muy cierta.
En su concienzuda idea de rodar una película por año, Woody a veces comete el error de dejarse llevar por su propia inercia, apoyándose en fórmulas que controla bien, pero sin arriesgarse fílmicamente hablando. Eso quizás es lo que más llama la atención de esta "La Maldición del escorpión de Jade", que aún siendo sin duda un film divertido e ingenioso como la mayoría de sus comedias, no consigue situarse entre las mejores obras de su autor, dejando bien claro que el presupuesto no es nunca clave para la calidad final de un film.
Woody nos sitúa aquí en 1940, en una cochambrosa compañía de seguros neoyorkina donde C.W. Briggs (encarnado por el propio Allen) realiza las tareas de investigador interno con un gran olfato para esclarecer los casos, siendo merecidamente considerado por muchos como el mejor en su puesto. La reciente llegada de Betty Ann Fitzgerald (Helen Hunt), una experta en optimizar recursos empresariales, complicará radicalmente las cosas, pues su relación no se sostendrá por ningún sitio pese a los singulares esfuerzos del irónico detective por suavizar sus diferencias. Briggs se siente incómodamente amenazado por la implacable ejecutiva y su nuevo plan de trabajo, que planea deshacer su departamento para así escatimar gastos.
En el transcurso de una celebración entre compañeros de oficina, Betty Ann y Briggs serán hipnotizados por un misterioso mago que les convencerá de que están profundamente enamorados entre sí, provocando las carcajadas en el público y en sus compañeros de empresa. Lo que no se esperan es que días más tarde, el mismo mago usará los todavía vigentes efectos de su hipnosis (al escuchar la palabra Constantinopla caerá de nuevo en un profundo estado hipnótico) para que C.W. cometa un par de robos aprovechando su experiencia y habilidad.
Así pues, el enclenque sabueso (lo podríamos definir como una cómica caricaturización de su adorado Humphrey Bogart) comenzará una investigación contra el ladrón más insólito de su carrera.....sí mismo.
Lo más destacado de la película en mi opinión es esa atmósfera nostálgica que la envuelve (que sin ser una maravilla de estilización, consigue transportarnos a una época pasada con dignísima elegancia), sus simpáticas composiciones musicales y sus tan ingeniosos como punzantes diálogos, sobre todo por el personaje de C.W, que se reserva los mejores momentos de la función.
Carece de profundidad actoral porque la ocasión no lo exigía, pero nadie desentona en el conjunto pese a lo desubicado que pueda sentirse el propio Woody Allen (según el cineasta, al no encontrar a nadie para el papel, lo tuvo que afrontar él mismo, considerándolo luego como un fallo garrafal).
Helen Hunt, Dan Aykroyd, Charlize Theron o Elizabeth Berkley son las caras más conocidas de la cinta, que naufraga sobre todo en su pareja protagonista (Hunt y Allen), inverosímil e imposible como pocas, y que deja demasiado visibles las costuras de la imprecisión de cásting (ni como broma pegan estos dos).
Allen compone su personaje como de costumbre, con la típica incontinencia verbal neurótica y ese desmesurado lenguaje gestual que le caracterizan, como si estuviera constantemente excusándose de todo. En esta ocasión, incluso le escucharemos algunas joyitas hacia las mujeres como que "todas se parecen bocabajo" o algunas más suaves, como que "me parecen un género estupendo, una variación muy agradable".
El juego cómico es tan valiente que incluso veremos como nuestro miope protagonista conquista a la estupenda Charlize Theron sin esfuerzo alguno, algo que ni la propia actriz se acaba de creer del todo, logrando una de las parejas más imposibles que el cine haya concebido jamás.
Grandes momentos como la conversación en el pub con la Fitzgerald, sus continuos enfrentamientos con el resto de investigadores o su primer encuentro con la Theron (con esa música de fondo) hacen que esta comedia sea uno de mis puntos débiles en la filmografía de Allen, pues entiendo que no alcanza el nivel de otras películas más laureadas y trabajadas, pero tiene la sana capacidad de ponerme de buen humor, y eso para mí, es tremendamente relevante.
Así pues, el trigésimo primer film del maestro Allen no es más que una comedia suave repleta de ironía y buenas intenciones que desilusionará al fan más purista del autor pero que brindará una pequeña oportunidad para acercarse al neófito de su obra, pues quizás sea la más digerible de todas ellas.
Por mi parte, debo confesar que siempre que decido verla de nuevo (este era mi cuarto visionado) consigue hacerme reír de igual forma, aunque una minúscula parte de mi se desencante en pequeñas dosis cada vez que la veo, como si se le agotara el encanto.

lunes, 16 de julio de 2012

II EDICIÓN DEL FESTIVAL DE CINE ONLINE

Desde el 9 hasta el 29 de julio tiene lugar la segunda edición del Festival de Cine Online organizado por Filmotech.com, y que es pionero a nivel mundial al tratarse del primer festival multiplataforma del que podemos disfrutar desde Internet, TV, móvil, dispositivos portátiles o en salas de cine.
La programación de la sección oficial cuenta con seis  títulos no estrenados en salas comerciales en España, y producidos a lo largo de 2011, a los que se puede acceder de forma totalmente gratuita y legal por parte de los usuarios, solo hay que registrarse en la página del mismo festival y de forma inmediata visionar cualquiera de las películas en cartel.
Los títulos disponibles son los siguientes: La mujer del eternauta, Amanecidos, Enxaneta, Buenas noches España, El alma de las moscas y Diamond inside.
Las películas que han sido reconocidas en festivales nacionales e internacionales y no han tenido la oportunidad de ser ofrecidas al gran público, este nuevo modelo de distribución de cine nos ofrece la posibilidad de conocerlas. No hace mucho en el blog os comentamos el Atlantida Film Fest organizado por Filmin y que se podía visionar online y que en su segunda edición también buscaba explotar estos nuevos canales de visionado a los que los usuarios cada vez somos más afines. La intención del Festival de Cine Online, es aprovechar la tendencia hacia un cambio de modelo de comercialización y exhibición cinematográficas empleando plataformas digitales; cada año se producen un gran número de películas dirigidas e interpretadas por reconocidos directores y actores que no llegan a estrenarse en salas y buscan su espacio. Aprovechando dicha situación y darle visibilidad legal al talento, luchar por demostrar que un nuevo modelo de distribución cinematográfica, de ventana, es posible.
El jurado del festival cuenta entre sus filas con ilustres como el veterano crítico de cine Jaume Figueras, Max Lempke (director de Cinco metros cuadrados) o Gregorio Belinchón, Redactor de cultura de EL PAÍS. Quienes otorgarán el Premio del Jurado, por su parte el Premio Honorífico del Público irá a cargo de los usuarios que las voten una vez la hayan visto.
Os animamos a que le echéis un vistazo y por nuestra parte vamos a intentar verlas y comentarlas aquí durante las próximas semanas.

viernes, 13 de julio de 2012

ESPECIAL SERIES 2012: RENOVARSE O MORIR... (PARTE II)

Seguimos repasando las series de este 2012 con la segunda parte del artículo: Si saltamos de los Estados Unidos y nos vamos a Europa os destacaría sobretodo series producidas en el Reino Unido, donde no tengo ninguna duda en poner por delante de todas a The Shadow Line, quizás la mejor serie del año y que de forma injusta fue ninguneada e ignorada en la entrega de premios de BAFTA, donde como mínimo merecía llevarse el Premio a Mejor Actor Secundario merced del enorme trabajo de Stephen Rea; en tan solo 8 episodios logra la tensión y desarrollo de una enrevesada trama que muchas otras ni con varias temporadas podrían plasmar en la pantalla, no os la perdáis. Siguiendo con otras dos mini series, quedaros con estos dos títulos Inside Men (4 episodios), donde veremos el plan orquestrado desde dentro para intentar robar el dinero almacenado en un depósito de moneda; y la serie más hiriente y transgresora que he visto este año: Black Mirror, con 3 historias auto-conclusivas, que atacan donde más duele. La primera de ellas pone en jaque al Primer Ministro Británico, obligado a fornicar con un cerdo mientras se televisa en directo, si quiere salvar a la princesa que permanece secuestrada... para que veáis por donde van los tiros. Y para terminar esta parte hacer mención a uno de los grandes éxitos del pasado 2011, la serie americana The Killing que acaba de terminar su segunda temporada, lo que poca gente sabe es que es un remake de la soberbia serie danesa Forbrydelsen, que os recomiendo tengáis en cuenta, un tenso thriller que a lo largo de 20 episodios investiga la muerte de una joven estudiante que aparece brutalmente asesinada, con muchos giros de guión que os tendrán en vilo hasta el final, os lo prometo. La serie danesa ha estrenado una segunda temporada, abriendo otro caso, que aún tengo pendiente para ver. La segunda parte del artículo hace referencia a las series que acaban de tomar el relevo a las que arrancaron en octubre o a principio de año, las mid-season series. Un buen número de propuestas se están empezando a estrenar ahora, como The Newsroom, producida por la HBO, que suele ser lo mismo que hablar de calidad contrastada, y que ha supuesto el retorno de Aaron Sorkin  a la televisión (creador de la elogiada El ala oeste de la Casa Blanca).
La serie nos muestra como escenario de fondo a Will (Jeff Daniels) un presentador que intenta mantener a su equipo al margen de las presiones creadas por los intereses de la Cadena, la gran presión de los anunciantes y multitud de otros factores que van en contra de la libertad creativa de sus trabajadores, la cosa promete, y sigue un poco la linea argumental de otra buena serie británica de este pasado 2011 ya comentada en el blog: The Hour.
También acaba de arrancar la británica The Hollow Crown, mini serie de 4 episodios, que supone la adaptación televisiva de tres obras de Shakespeare  que cuentan parte de la historia medieval de Inglaterra en un discurso sobre política, familia y poder: "Ricardo II", "Enrique IV" y "Enrique V".
Esta producción está enmarcada dentro de una temporada de especiales dedicada al famoso escritor británico, titulada "Shakespeare Unlocked", como una contribución a London 2012.
Y otra de la BBC que se ha estrenado esta semana y que ya tengo marcada es Blackout, de solo 3 episodios, con Cristopher Eccleston  dando vida al concejal Daniel Demoys, un político alcohólico, drogadicto y corrupto con esposa, Alex, y tres hijos. Aunque antes era un hombre idealista, actualmente los estragos de la bebida hacen que Daniel sufra apagones y no recuerde lo que hace en ocasiones... cosa que seguro dará mucho de sí.
Y ahora, centrándome en el título de este artículo, quiero hacer referencia a esa lección que parece que van aprendiendo los responsables de algunas series que han dado un quiebro al rumbo que habían tomado sus producciones, quizás sabedores de que el horno no está para bollos y que unas malas audiencias podrían significar su adiós definitivo. De esta forma, Falling Skies, una serie que el pasado año estuvo en la cuerda floja a punto de ser cancelada, consiguiendo salvarse por los pelos, con los cinco primeros episodios de la segunda temporada, parece que ha corregido en parte los errores del pasado (muy parecidos a los de Terra Nova), es decir, un toque familiar empalagoso, guiones nada arriesgados y muy poca acción. Solo el episodio de su premier por si solo, contiene las suficientes imágenes de los extraterrestres y la acción que tanto se echaba de menos. Espero que esto no se diluya a lo largo de la temporada y mantenga el interés bien alto, porque la historia tiene un buen potencial, eso es innegable, pero hay que echarle leña al fuego desde el principio o la gente abandona sin ningún miramiento.
Otra serie ya veterana es True Blood, una de las propuestas más comerciales de la HBO y que tiene un alto contenido de violencia y sexo, diría que solo superada por Spartacus Vengeance, que por cierto es la serie con más muertos por episodio (25 de media, nada menos) y que ha supuesto una más que decente continuación cargada de testosterona y complots políticos, sabiendo sobreponerse a la muerte del carismático protagonista de la primera temporada, Andy Whitfield  y que después de un arranque algo dubitativo, a partir del espectacular 5º episodio en el circo, ha ido clarisimamente a más y ya se espera con nervios la nueva temporada.
True Blood aprovechó el furor vampírico que parece haberse apoderado del cine y literatura en los últimos años y creó una franquicia con un arranque muy interesante: La declaración pública de una alta dignataria de los vampiros confirmando su existencia, el deseo de poder tener una vida pública entre los humanos y pidiendo los mismos derechos que el resto de ciudadanos. Podríamos decir que su primera temporada fue muy prometedora y que confirmó su buena salud a lo largo de una interesante segunda entrega que enfrentó a los vampiros contra una iglesia de fanáticos religiosos, dando lugar a excelente situaciones.
La tercera ya fue algo irregular, por un lado se mostró la jerarquía vampírica (memorables algunos de los personajes presentados), pero por otro hicieron su aparición los hombres lobo... ¡Ay! Que esto me suena a Crepúsculo... tenemos que dar gracias que no le dieran el tono blandengue y no apto para diabéticos que predomina en esa saga. Y la cuarta temporada fue un poco como ver correr un pollo sin cabeza, pues en algunos momentos parecía que la serie había perdido el norte y sus orígenes, siendo de largo la peor de todas ellas. Afortunadamente el equipo de guionistas parece haberse dado cuenta de ello y como quien no ve la cosa ha arrancado esta 5ª temporada casi empalmándola con la 3ª, repescando algunos de los personajes más carismáticos de anteriores entregas y con un giro sorpresivo inicial que parece que puede dar mucho de sí. Lo dicho, renovarse o morir...
Para acabar este artículo hablar de una de mis series preferidas pero que ya acusa el desgaste por culpa de un exceso de temporadas, hablo de Dexter, que en septiembre arrancará su séptima temporada y teóricamente penúltima temporada. Hace algún tiempo se anunció su final inminente, pero la necesidad ha primado por encima de los factores creativos, y la cadena Showtime, muy escasa de series que estén funcionando, ha decidido exprimir lo máximo posible su gallina de los huevos de oro. De esta manera la serie podríamos decir que fue in crescendo a lo largo de sus primeras temporadas, para llegar al clímax con la espectacular 4ª, enfrentando a Dexter con uno de los serial-killers  más impactantes que hemos podido ver en muchos años, Trinity. Sin embargo y tras el brutal final de esa temporada, su continuación ha ido perdiendo poco a poco fuerza, siendo la temporada pasada la más pobre a nivel creativo, con unos personajes que ya pueden dar poco más de sí mismos después de múltiples giros, cambios y movimientos de roles, por lo que solo espero que igual que parece que han hecho con Falling Skies y True Blood, los guionistas sepan darle el digno final que se merece esta gran producción antes de que sea demasiado tarde. Afortunadamente una serie que por fin ha puesto el punto y final que pedía a gritos desde hace algunas temporadas (principalmente su actor protagonista Hugh Laurie , hastiado ya tras 9 interminables años), ha sido House. Nunca he sido un gran seguidor suyo, pues el esquema típico de los episodios es tan y tan predecible, que con ver 3 o 4 ya lo has visto casi todo, y la historia de fondo de los personajes no la he encontrado lo mínimamente interesante como para aguantarla más allá de un episodio aislado muy de vez en cuando.
Soy consciente que me he dejado muchas en el tintero, algunas de forma consciente (o no acabaríamos nunca), pero otras muchas por puro desconocimiento o simplemente por no haberlas podido ver todavía, por eso o animo a que nos comentéis aquí las que seguís, cuales os gustan o las que no, o si queréis que os recomendemos o comentemos alguna en concreto en el blog, de forma que todos podamos ir descubriendo nuevas opciones con las que matar las horas.
Os cedo la palabra...

miércoles, 11 de julio de 2012

ESPECIAL SERIES 2012: RENOVARSE O MORIR... (PARTE I)


Este llamémosle "especial" dentro del apartado de series, me gustaría dividirlo en dos partes: Primero quiero comentar algunas de las renovaciones y cancelaciones de las series que hemos podido ver a lo largo de este año, hablar un poco las grandes decepciones que han supuesto series que apuntaban muy alto, a la vez que enumerar las buenas sorpresas que me he podido disfrutar. Y la segunda parte vendría a tocar algunas series de la mid-season que acaban de arrancar o lo harán en breve y dedicarles especialmente a algunas de ellas que como mínimo ya llevan una temporada a cuestas, este "Renovarse o morir...".


Todos sabemos que cada año hay series que no pasan la criba de las audiencias y acaban canceladas, en general la mayor parte de las veces de forma merecida, aunque también hay algunas que por desgracia acaban poniendo su punto y final por intereses más allá de los meramente creativos y de calidad. Por nombrar algunas, tenemos la serie de ciencia ficción Firefly, que se caracterizaba por una atípica ambientación inspirada en el Oeste Americano y que se canceló cuando solo se habían emitido 11 de los 14 episodios previstos. Pero su posterior éxito de ventas de los DVD y la presión de los seguidores lograron que los productores decidieran cerrarla con la película Serenity unos años más tarde. No hace mucho "renacía" la serie Futurama, cancelada por la Fox a pesar del enorme éxito y apoyo popular que tenía, prueba de ello ha sido que las reposiciones de la serie y la venta de DVDs de sus 4 temporadas, superaron a muchas otras que seguían en emisión. Finalmente en parte por la presión de los fans y también por lógica pura y dura, la serie vuelve a estar entre nosotros con la misma irreverencia que siempre.
Si buscamos un caso similar y más actual, podríamos hablar de The Fades, serie de la BBC que fue cancelada tras su primera temporada, pero que de forma inesperada para muchos, se llevó el premio a la mejor serie dramática en la última edición de los premios BAFTA, cosa que ha hecho replantearse a la cadena si la decisión tomada fue correcta. Todo parece indicar que van a cambiar de parecer y que la serie tendrá continuidad el año que viene.
Actualmente con la situación económica que se está viviendo, las cadenas están muy atentas a cualquiera de sus propuestas que no dé la talla y no les tiembla el pulso a la hora de liquidarlas. Precisamente lo que más me ha chocado este año es que no hay nadie intocable, y de una forma un tanto sorprendente algunas de ellas han sido canceladas justo al terminar su primera temporada, a pesar de venir respaldadas por nombres de peso. Este es el caso de Terra Nova, serie avalada por el mismísimo Steven Spielberg  y que en ningún momento ha logrado convencer a crítica ni público, con unos guiones muy pobres, con poca chicha, teniendo unas cuotas de audiencia bajas en comparación al enorme coste de producción de la misma (la más cara de toda la parrilla de programación con un piloto que costó 20 millones de dólares). De esta manera, a pesar de que la rumurología en los últimos meses apuntó a un posible interés para rescatar a la franquicia, se acabó cancelando la serie de forma merecida.
De igual manera ha acabado la nueva propuesta del gran gurú de las series, J.J.Abrams, que con Alcatraz no ha sabido encontrar una fórmula equilibrada para generar interés en el espectador, que ha visto desilusionado como los episodios se sucedían con unas tramas simplonas, repetitivas y con unos personajes sin carisma que tampoco han calado lo más mínimo en nuestra retina, a todo ello hay que sumarle la poca vista de los guionistas, haciendo que el final de temporada prescindiera de cualquier cliffhanger  que pudiera haber creado expectativas e interés en sus seguidores o en los responsables de la cadena de cara a una segunda temporada. Por lo que las bajas audiencias y el perder el pulso por la renovación contra la otra gran serie de la cadena (Fringe, que cerrará con una 5ª temporada final el próximo año), han liquidado prematuramente a la serie.
Es cierto que Abrams  lo tiene muy complicado, le guste o no, cada nueva propuesta que presenta levanta grandes expectativas y siempre es comparada con Perdidos, y una parte importante de su público potencial abandona la serie al no encontrar lo mismo que les dio su mejor serie hasta la fecha. Quizás todos debamos obligarnos a hacer un reset y darle la oportunidad de cambiar de registro, y él por su parte hacer un sobre esfuerzo por intentar romper definitivamente con su pasado y no repetir siempre la misma fórmula de "serie con misterio". Su nueva aportación verá la luz la temporada que viene (17 de septiembre), se llamará Revolution y su éxito o fracaso puede marcar su futuro inmediato tras la cancelación de Alcatraz.
Otra que ha acabado cayendo al rincón del olvido es The River una serie que inicialmente se vendió de temporada única de 8 episodios, pero que a la hora de la verdad quedaba abierta al final de la misma, y que a pesar de la interesante propuesta por la forma de rodarse tratándose de una serie (cámara en mano) no ha convencido por culpa de personajes planos, clichés muy vistos y falta de ideas frescas, a pesar de un inicio más o menos atractivo.
Seguimos el repaso con Awake, una serie que ha tenido una trayectoria de lo más accidentada, cosa que no auguraba nada bueno: La NBC paró su rodaje a finales de 2011 para rescribir algunos guiones (mal asunto), retrasó más tarde su estreno hasta marzo, demostrando que no tenía nada claro que hacer con ella. Los que sí lo han tenido han sido los espectadores, que le han dado la espalda y como consecuencia de los bajos índices de audiencia ha quedado sentenciada e inconclusa con una sola temporada de 13 episodios. Si el caso de Awake puede parecer un poco rocambolesco, creo que este año se lleva la palma una de las propuestas que potencialmente tenía más para demostrar y quizás acabar siendo una serie de culto, de la mano de la HBO, Luck, contaba entre sus fichajes con Nick Nolte  y Dustin Hoffman  encarnando a un entrenador de caballos y a un mafioso que acababa de salir de la cárcel y empezaba un lento pero muy planificado plan para vengarse de los responsables de que acabara allí dentro, todo ello con el mundillo de las carreras de caballos como telón de fondo. La primera temporada de tan solo 9 episodios contaba con Michael Mann  como director del primer episodio (brillante), a parte de productor, y con una trama que se tomaba con mucha calma el ir desvelando pistas, huyendo del efectismo tan habitual en otras producciones. Este punto hizo que las audiencias no fueran todo lo buenas que se esperaba para una producción de primera línea (muy bien rodada, buenas actuaciones y diálogos trabajados), pero la cadena enseguida reafirmó su confianza en el proyecto y la avaló con la confirmación de una segunda.
Sin embargo finalmente la muerte de un tercer caballo en el rodaje de un episodio de la segunda temporada (pura mala fortuna al encabritarse y golpearse la cabeza al caer al suelo), precipitó que la cadena le diera puerta y la cerrara de forma definitiva, una verdadera lástima, porque era de las más interesantes que había.
Si ya pasamos a las series que mejor han funcionado, empezando por las más conocidas, destacaría la segunda entrega de Juego de Tronos, que ha sabido volver a captar la esencia del libro, con grandes decorados, excelentes localizaciones, buenos actores y mejorando en el aspecto de las batallas (ese fuego Valkirio en el Aguasnegras...) y con un cierre de temporada espectacular que hará la espera muy larga hasta poder ver la tercera tras ser renovada por la HBO.
Otra que ha tenido una excelente acogida por parte de crítica y público y que la pasada noche acabé de degustar es la multi premiada en los Globos de Oro, Homeland, retratando la actual realidad post 11-S, donde el trasfondo de la historia es el gran miedo de los Estados Unidos de poder sufrir nuevamente un atentado en su territorio, obviamente ha conseguido la renovación sin ningún problema. Una excelente serie, de lo mejorcito de esta cosecha.


Una sorpresa agradable ha sido la interesante Once upon a time de la ABC, que parece querer aprovechar esta fiebre que hay ultimamente en Hollywood de adaptar cuentos de hadas, para proponer una fusión de realidad y de un mundo fantástico.
Ha funcionado muy bien, recibiendo buenas críticas y ya ha sido renovada, os animo a verla, ni que sea por ser una propuesta diferente a lo habitual.
También he disfrutado mucho de Boardwalk Empire, con un excelente Steve Buscemi  en la piel de un corrupto tesorero de la ciudad de Atlantic City, que aprovecha los años de la Ley Seca para enriquecerse a cualquier precio. Gran ambientación, mejores actores, producida por todo un Martin Scorsese  y renovada para una tercera temporada, para frotarse las manos, sin duda...
Los zombies han seguido pegando fuerte, y a pesar de los problemas con los que ha atravesado la producción de The Walking Dead (reducción de presupuesto, la decisión de Frank Darabont  a abandonar el proyecto por desavinencias creativas...), la segunda temporada ha supuesto una notable, que no excelente, dosis de vísceras y muertes.
Si personalmente encontré algo decepcionante la primera temporada de 6 episodios, a excepción del increíble episodio piloto y quizás el siguiente, ya que el tramo final en la base me pareció muy pobre a nivel creativo y alejándose innecesariamente de lo que se nos narraba en el cómic original. Esta segunda temporada ha combinado grandes momentos (su inicio en la autopista, el granero o sus últimos 4 o 5 episodios), con otros bastante aburridos (esa eterna búsqueda de Sophie en la que casi no vimos ni un zombie en 4 episodios fueron una dura travesía por el desierto...).
Sin embargo el regusto general ha sido positivo, y tras el espectacular cierre, espero con ganas la tercera entrega.
Un género poco abonado a las series de televisión es el western, si tengo que hacer memoria diría que relativamente recientes solo me viene a a la cabeza la excelente Deadwood de la HBO (por favor, rescatarla que es una joya poco conocida), serie que nos mostraba la creación de una ciudad desde la nada en el oeste americano, con el asentamiento de los pioneros buscadores de oro, para luego llegar toda una serie de comerciantes que ven la oportunidad de hacer un buen negocio, abriéndose como no podía ser de otra forma, en primer lugar el Saloon y la casa de putas, y que retrataba la cruda realidad de su día a día sin edulcorarlo, contando además con un elenco de actores que bordaba su actuación. La cadena la finalizó en el 2006 tras tres temporadas y desde ya hace tiempo los fans han pedido a la cadena que le dé un merecido final, se rumorea que lo tendrá mediante una película en la gran pantalla, tiempo al tiempo.
Ahora mismo estoy empezando a ver una serie de 10 episodios titulada Hell on Wheels que también nos sitúa en un momento de expansión de los Estados Unidos, justo a posteriori de la Guerra Civil entre Norte y Sur, y con la construcción del ferrocarril que atravesaba el país como telón de fondo a una historia de venganza por parte de un soldado confederado. La cosa promete y lo mejor de todo es que su duración no es excesiva.
Para acabar en esta incursión en el western, nombrar también la mini-serie Hatfields & McCoys de tan solo 3 episodios (eso sí, casi de hora y media cada uno) protagonizada por Kevin Costner  y que pone de manifiesto el irresoluble conflicto entre dos familias durante la Guerra de Secesión Americana (1861-1865), estando los Hatfield a favor del Sur y los McCoy del norte, aprovechando que se celebra el 150º aniversario del conflicto entre ambas familias la cadena History Channel ha decidido realizar esta nueva serie que ha tenido muy buena acogida.
Aquí vamos a dejar esta primera parte del artículo y que en breve continuaremos con otra entrada. Esperamos vuestros comentarios respecto a vuestras series preferidas y todo lo que nos querías comentar.

miércoles, 4 de julio de 2012

CINTURÓN ROJO (REDBELT) (2008)

Mike Terry es el propietario de la academia Southside en Los Angeles, un lugar donde desde hace años, enseña el arte del Jiu-Jitsu (su versión brasileña, por cierto), en particular a agentes de policía, guardaespaldas y personas con oficio necesitado de autodefensa.
Su mujer brasileña, Sondra, le ayuda en su negocio en la medida de lo posible, pero las cosas no van todo lo bien que deberían y ya acumulan demasiadas facturas sin pagar, crispando su relación poco a poco.
Una noche, Mike salva de una paliza en un bar al popular actor Chet Frank (Tim Allen), que quedará asombrado por su disciplina y lo invitará a cenar a su casa para hablar de "negocios", tratando de que participe en un torneo de artes marciales mixtas que se celebrará en breve.
Mike respeta profundamente la filosofía del Jiu-Jitsu y considera que la lucha en campeonatos es síntoma de debilidad, por lo que rechaza la idea de participar en uno, por muy suculenta que sea la cifra.
Sin embargo, el sentimiento de culpa por el suicidio de un buen amigo, el hecho de acumular tantas deudas y el ineludible cierre de su negocio, acabarán por convencerle de que es la única vía de supervivencia.
Ahí es cuando Mike, honrado y noble hasta la médula, combatirá no sólo contra sus adversarios, sino también contra sus principios más arraigados, sintiendo el mayor dilema moral de su existencia.
Este curioso film del guionista convertido a director David Mamet no es fruto de la casualidad, ya que se trata de un proyecto muy personal y de una extraña riqueza dramática que lo envuelve todo, alejándola de ser una mera cinta de artes marciales al uso.
Para empezar, el propio Mamet es cinturón morado en Jiu-Jitsu (lleva practicando este arte más de 6 años), y su intención con este film no es otra que reflexionar sobre dicha filosofía marcial milenaria (con más de 4000 años de antigüedad), ahondando en sus valores más básicos (respeto, honestidad,armonía en uno mismo y autocontrol) enfrentándola contra el imparable y artificioso mundo del show-business, para comprobar si prevalecerían intactos o se tambalearían sus fuertes cimientos.
Mike se verá tentado por el dinero, la fama y el reconocimiento mediático, y ese será quizás el combate más duro de su vida, incluso viendo como pierde a sus seres queridos por el camino o presencia como sus enseñanzas son manipuladas y extorsionadas sin remedio (aunque la idea del hándicap en el combate me parezca muy flojita, me parece que entiendo las intenciones de Mamet).


Quién espere ver en Redbelt una cinta de artes marciales común se verá irremediablemente decepcionado, ya que se trata de un auténtico ejercicio dramático visto desde diferentes perspectivas humanas (esa alumna traumatizada, la familia destrozada de su amigo, su propia mujer o incluso él mismo).
El personaje de Mike está interpretado con solvencia por el inglés de origen nigeriano Chiwetel Ejiofor, que no necesitó más que 3 meses de entrenamiento para parecer un auténtico maestro (según Mamet, 12 horas al día por eso). Le acompañan actores de renombre como Tim Allen (no demasiado creíble como héroe de acción pero...), Joe Mantegna (muy adecuado como mafioso) o el mismísimo Dan Inosanto (ex-compañero y alumno de Bruce Lee), que aquí hace un cameo final como "el Maestro".
La sobriedad del conjunto se ve aquejada por ciertas licencias de guión (el asunto del tiro al cristal debería ser menos relevante, no se escarba lo suficiente en la relación matrimonial de Mike...), que no alteran demasiado el significado de la propuesta, pero si desmejoran la relevancia global del film, que necesitaba más profundidad argumental para saciar al espectador más atento. Choca que un guionista tan laureado como Mamet descuide aspectos en los que en teoría se siente más cómodo y en cambio, filme con tanto oficio, como si su faceta de director le hubiese ganado terreno al de creador de historias.


Así pues, Cinturón Rojo es un solvente drama independiente salpicado de artes marciales que logra descolocarnos al no tirar por la vía fácil (puñetazos y patadas por doquier) y que hace una sana reflexión sobre los aspectos más vulnerables del ser humano, pero que no logra traspasar nuestras consciencias lo suficiente como para que mostremos hacía ella la admiración que pretendía.